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Arctic fever, cambio climático y meditación

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Nuestro invitado Miguel Ángel Fernández Álvarez nos habla de su experiencia en el ártico groenlandés y del libro de divulgación que escribió al respecto: Arctic fever – Unha viaxe á natureza de Groenlandia e ás raíces culturais do pobo Inuit.

No podemos evitar tocar el tema del cambio climático y el calentamiento global. LLegamos a la conclusión de que el capitalismo tiene mucho que ver en ello.
Por último, Miguel Fernández nos cuenta cómo la práctica de la meditación ha beneficiado su vida en los últimos años y nos invita a seguir sus pasos.

No está Lourido, pero está Jardón, que repite después de su paso por La Hoguera de la Actualidad.

Arctic fever – Unha viaxe á natureza de Groenlandia e ás raíces culturais do pobo Inuit

Arctic fever – Unha viaxe á natureza de Groenlandia e ás raíces culturais do pobo Inuit (Un viaje a la naturaleza de Groenlandia y a las raíces culturales del pueblo Inuit), del pontevedrés Miguel Ángel Fernández Álvarez. Se trata de un libro de divulgación y también un relato de viajes escrito con motivo de la estancia del autor en Groenlandia en el año 2017.

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Arctic fever – Unha viaxe á natureza de Groenlandia e ás raíces culturais do pobo Inuit 

En el libro encontramos, en primer lugar, un repaso exhaustivo de la historia y los valores culturales y sociales de la cultura Inuit. A continuación, Miguel Fernández cuenta al detalle su experiencia trabajando en Groenlandia con una empresa de aventuras españolas y, sobre todo, sus fascinantes viajes en kayak por la costa groenlandesa. Su aventura está documentada por gran cantidad de fotografías memorables.

Además de consejos para viajar por el país, el libro termina dedicando un capítulo a la amenaza del cambio climático que se cierne sobre la isla (y sobre todo el planeta).

Arctic fever – Unha viaxe… fue publicado en gallego en el año 2019 por la editorial Ab Origine Edicións. Podéis leer más detalles pinchando aquí.

El propio autor nos explica en el vídeo de qué trata su libro Arctic Fever – Unha viaxe á natureza de Groenlandia e ás raíces culturais do pobo Inuit

Arctic fever: Fiebre y morriña

El título, que se puede traducir como fiebre ártica, es muy oportuno y adquiere en el libro varios significados. Por un lado, hay una arctic fever en forma de atracción de los paisajes árticos, que durante siglos han fascinado a exploradores y aventureros de todas las partes del mundo.

La obra de Miguel Fernández nos narra las increíbles vivencias de algunos los exploradores más destacados, como Knud Rasmussen.

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El explorador polar Knud Rasmussen / Wikipedia.

Por otro lado, arctic fever también se puede traducir como morriña del Ártico, pues todo el que viaja a esos lugares remotos queda tan prendado de ellos que le gustaría regresar alguna vez. Miguel Ángel Fernández Álvarez da fe de ello a lo largo de su relato.

Por último, el Ártico sufre de una fiebre que se llama calentamiento global y cambio climático. Las consecuencias para el paciente son imprevisibles, pero no hay duda de que negativas para la flora, la fauna y las gentes nativas. Así, en la última parte del libro, Miguel Fernández desmenuza esta problemática con datos contrastados.

El cambio climático es la gran amenaza al Ártico

Como decimos, el Ártico se enfrenta a escenario desconocido, desconcertante y muy amenazador. Hablamos de un fenómeno global que está compuesto por muchos elementos, como son la amplificación ártica, el vórtice polar, el derretimiento del permafrost, la acidificación del océano y la contaminación por plástico y mercurio.

Las consecuencias son de sobra conocidas: la pérdida de biodiversidad y de ecosistemas marinos y terrestres; pero, también, la liberación de las peligrosas esporas de ántrax, retenidas en el permafrost.

Otra amenaza es una arctic fever que se puede interpretar como equivalente a la fiebre del oro que sacudió el Oeste americano en el siglo XIX. La verdad es que hay mucho buitre frotándose las manos con vistas al Ártico: algunos dirigentes ven en el cambio climático una oportunidad de echar las garras a los recursos naturales ocultos bajo el permafrost, cueste lo que cueste.

Un libro de divulgación muy accesible

Miguel Fernández es un narrador cercano. Su libro Arctic fever no solo está documentado a conciencia, además está muy bien escrito. Miguel sabe lo que quiere contar y cómo contarlo. La obra está salpicadas de anécdotas muy jugosas y con mucha épica.

Estremece, por ejemplo, leer relatos de geronticidio e infanticidio. Y es que, en condiciones extremas, algunas pobladoras del Ártico se han visto obligadas, para sobrevivir, a comer los cuerpos del marido y los hijos.

Páginas interiores de Arctic fever – Unha viaxe á natureza de Groenlandia

Otra curiosidad, que seguro que no sabías, es que se pueden hacer cuchillos de nieve con excrementos de perro congelados. O que el Ártico es tan hostil que, si no vas muy bien abrigado, puedes sufrir la desgracia de que los dedos de los pies se te queden sin piel ni carne, con los huesos expuestos.

Groenlandia: La gran desconocida

Uno descubre, leyendo este libro, muchas curiosidades que no se esperaba. Por ejemplo, ¿sabías que Groenlandia tiene el mayor índice de suicidios del mundo? ¿Y que el consumo de alcohol es otro problema importante? Por otra parte, Groenlandia es el primer exportador mundial de arena, abundante en los lechos de los glaciares.

Nowadluk Ootenga, mujer inupiaq del norte de Alaska. Fue muy popular entre los fotógrafos de principios del s. XX.

Las dificultades climáticas hacen que, en las zonas más expuestas al viento del norte, los árboles se vean obligados a crecer arrastrándose por el suelo. El clima en Groenlandia es tan variable que nunca hay nada seguro. Estando allí nunca sabes cuando podrás regresar después de desplazarte de una zona a otra. Así que para sumergirte en la arctic fever mejor ármate de paciencia.

Otro detalle llamativo es que la gente del Ártico nunca usó iglúes para vivir, sólo para ir de caza o refugiarse. De los pobladores de estos parajes tan extremos también podemos extraer aspectos positivos, por supuesto, como la importancia social de compartir. Su filosofía es:

Ayuda, porque nunca sabes cuando tú vas a necesitar también ayuda.

Miguel Fernández nos habla de todo esto, así como del idioma y del mundo espiritual de los Inuit. Y, por supuesto, de la fauna autóctona. Aves, caribúes, osos polares, morsas, focas, bueyes almizcleros, ballenas, liebres árticas, perdices nivales… La fauna de Groenlandia es todo un espectáculo en sí mismo.

Ejemplares de oso polar / Misanimales

La arctic fever de Miguel

En la parte más personal del libro, Miguel Fernández nos relata su viaje a Groenlandia. Allí estuvo trabajando 15 días para una empresa española que ofrece viajes. Después permaneció otros 15 días como participante, en los que realizó viajes en kayak, visitas a glaciares y actividades de trekking.

Por último, señalar que el libro está salpicado de abundantes y preciosas imágenes de los habitantes de Groenlandia, los icebergs, las banquisas, las auroras boreales, las casas hechas de turba, los osos polares, las focas.

Miguel Ángel Fernández Álvarez

Miguel Fernández nació en Ourense en 1973. Es licenciado en Ciencias Económicas. Después de trabajar un tiempo en una entidad bancaria, se dio cuenta de que aquella vida no estaba hecha para él. Consiguió aprobar la oposición a bombero, trabajo que realiza en la actualidad en el Ayuntamiento de Santiago de Compostela.

Actualmente Miguel está volcado también en la práctica de la meditación / Facebook

Además de a los viajes, es un hombre solidario y aficionado a la fotografía. En 2018 realizó su primera exposición sobre la crisis de refugiados en Grecia y Serbia. Las fotografías se gestaron durante su trabajo como voluntario en el campamento de Idomeni, en Grecia, durante 40 días (en 2016).

Miguel Fernández en el campo de refugiados de Idomeni / Facebook

Su interés por los viajes va muy ligado al conocimiento de culturas diferentes a la occidental, y al contacto con la naturaleza y las actividades de aventura. Espeleología, barranquismo, buceo, senderismo y BTT lo han llevado muchas veces lejos de su casa. Fue el kayak lo que lo llevó a Groenlandia en 2017.

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