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Irmandiños: Cuando los gorriones corrieron tras los halcones

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Los Irmandiños protagonizaron la revuelta social europea más importante del siglo XV. La rebelión Irmandiña consistió en un levantamiento de las clases populares gallegas, impulsado por las ciudades, contra los señores feudales de la época y sus abusos y atropellos.

Los primeros alzamientos, como la Revuelta Fusquenlla de 1431 liderada por el mítico Roi Xordo, tuvieron una repercusión más local. Pero años después se dio un nuevo levantamiento que esta vez se extendió por todo el territorio: la Gran Rebelión Irmandiña.

El pueblo gallego, liderado por los Irmandiños, la tomó contra las fortalezas de los nobles, derribando muchas de ellas. Los Irmandiños obligaron a huir a los señores feudales y lograron el autogobierno entre los años 1467 y 1469.  

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Irmandiños al grito de ¡Abajo las fortalezas!Fuente

Quienes eran los Irmandiños

Los Irmandiños eran miembros de hermandades (irmandades en gallego). Las distintas hermandades se agruparon en la Santa Irmandade del Reino de Galicia. En esencia, se trataba de una organización de defensa y protección constituida por los propios vecinos.

La constitución de estas Irmandades, y los posteriores alzamientos contra los nobles, partieron de las ciudades. Las hermandades fueron autorizadas por el rey de Castilla para menguar el poder de los nobles gallegos, contrarios a él. Las ciudades preferían no depender de los señores feudales.

Entre los miembros de los Irmandiños había campesinos, burguesía, mercaderes, clérigos, artesanos, pescadores, hidalgos, etc. En algunos casos hasta nobleza y clero muy menores.

No se trató, por tanto, de un movimiento exclusivo de campesinos. Aunque es verdad que la unión de estos a las protestas fue crucial para alcanzar una masa crítica.

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Los Irmandiños contra los señores feudales – Fuente

Primera Revuelta Irmandiña (1431-1435)

Antes de la gran revuelta del 1467-1469, hubo otros conatos de rebelión más modestos. En 1431 los vasallos ya se organizaron en base a Irmandades (hermandades). Sobre todo, se dedicaban a proteger los caminos del bandolerismo, cosa que los señores feudales habían dejado de hacer. En ocasiones eran los propios señores los que llevaban a cabo los atropellos.

La Primera Revuelta Irmandiña fue un movimiento muy local, con epicentro en Ferrol. En aquella época era zona de influencia de la casa de los Andrade. El cabecilla era Nuño Freire.

Se dice que Nuño Freire trataba muy duramente a sus vasallos y que además estableció nuevos impuestos y pagos. Los Irmandiños reclamaban para Ferrol volver a tener realengo, o sea no depender del señor feudal.

Representación de Roi Xordo – Fuente

¡Quiero la cabeza de Nuño Freire!

A los organizadores de este alzamiento se les conoce como Irmandade Fusquenlla. La revuelta se inició en el año 1431 en las comarcas de Puentedeume y Betanzos. El líder fue un tal Roi Xordo, un hidalgo de baja estirpe de Ferrol.

La Irmandade Fusquenlla creció rápidamente de los 3.000 integrantes hasta 10.000, cuando hombres procedentes de los obispados de Lugo y Mondoñedo se unieron a los Irmandiños de Ferrol.

Roi Xordo pidió la cabeza de Nuño Freire de Andrade, e incluso intentó tomar Santiago, pero las tropas del arzobispo se lo impidieron. Al poco, Nuño Freire, que había huido, se reorganizó y tomó represalias.

Muchos Irmandiños murieron y otros fueron encerrados. Los muertos fueron acuchillados o ahogados en el río. Roi Xordo fue capturado, sometido a tormento durante años, y posiblemente pereció en 1435.

La Gran Rebelión Irmandiña

La conocida como Gran Rebelión Irmandiña o Gran Guerra de los Irmandiños tuvo lugar entre los años 1467 y 1469. Las décadas anteriores, como vimos, las clases bajas, campesinos y ciudadanos, e incluso hidalgos de baja estofa, fueron acumulando resentimientos contra los señores feudales.

En los años 60 la alta nobleza se había vuelto aún más osada y abusiva, un poco como castigo a la anterior revuelta. Ahora sí, el levantamiento se convirtió en un fenómeno global extendido por toda Galicia.

Las hermandades tenían la autorización del rey de Castilla para menguar el poder a los señores feudales, contrarios a él.

Castillo de los Andrade en Pontedeume – Fuente

Los líderes Irmandiños

La Santa Irmandade estaba liderada por nobles segundones o resentidos, como:

  • Pedro de Osorio, hijo del conde de Trastámara.
  • Alonso de Lanzós, señor de Louriña. Quizá fue el impulsor de la Santa Irmandade al entrevistarse con Enrique IV, rey de Castilla, según algunas fuentes.
  • Diego de Lemos, hijo de Alonso López de Lemos, señor de Pantón y Sober.

Como vemos, incluso caballeros nobles de bajo estatus se enfrentaron a la alta nobleza. Estos segundones estarían enemistados con los de alto rango.

También hubo líderes que eran labradores, burgueses o letrados. Pero, sobre todo, fue gracias a la incorporación del campesinado a las reivindicaciones que el levantamiento se transforma en global.

Los Irmandiños hacen huir a los señores feudales

El alzamiento de los Irmandiños empezó en la villa de Melide en febrero de 1467. Sus principales enemigos eran los señores de Andrade, Lemos, Soutomaior y Moscoso, terratenientes laicos muy codiciosos, propietarios de fortalezas y castillos.

El lema de los Irmandiños era: ¡Abajo las fortalezas! Las fortalezas simbolizaban la personificación del poder de la alta nobleza. La primera fortaleza derribada fue Castelo Ramiro (Ourense). A estas seguirían más de 130 fortalezas más.

Las destrucciones eran más bien simbólicas: desmochan, o sean tiran, las almenas de los castillos para visualizar que en ellas ahora mandan los Irmandiños.

Hacia 1468, los Irmandiños están asentados firmemente en Galicia y los principales nobles han huido a Castilla o Portugal. Fue la primera y única vez que el pueblo de Galicia logró el autogobierno.

De repente, un mercader cargado de oro podía viajar de un extremo a otro, desde el Bierzo hasta Coruña, sin que nada le sucediera. Por el camino, los forajidos colgaban ahorcados de los robles y los cuadrilleros vigilaban el orden

Aplastamiento de la rebelión: La nobleza contraataca

Finalmente, los nobles se reagruparon y atacaron a los Irmandiños. La nobleza contraatacó a la vez en varios frentes. Pedro Madruga desde Portugal; el arzobispo Fonseca y Juan Pimentel desde Salamanca; y el conde de Lemos desde Ponferrada.

Pedro Madruga primero derrotó a los Irmandiños del sur de Pontevedra. Después se dirigió directamente a Santiago y se unió a los nobles que ya habían acampado allí.

Pedro Madruga – Fuente

El Irmandiño Pedro de Osorio se enfrentó a los señores feudales a las puertas de Compostela. Terminó huyendo y sus fuerzas siendo masacradas. Poco después caía Santiago.

Entre Ferrol y Pontedeume se encontraba Alonso de Lanzós. Los señores feudales lograron que se retirara y entregase la ciudad. Lanzós fue hecho prisionero poco después por el señor de Andrade, que lo ejecutó.

Mientras las fuerzas feudales retomaban el control de Ferrol y Pontedeume, el conde de Lemos se hizo con el control en Lugo y el resto de la comarca.

La revuelta había sido sofocada con éxito.

Al acabar la contienda, parecía que la represión iba a ser muy fuerte, sin embargo, los nobles se contentaron con la restitución de sus fortalezas y del orden.

Hubo ejecuciones, aunque no multitudinarias. Al fin y al cabo la nobleza necesita a los vasallos.

Te contamos la historia al completo en el podcast:

El reino Suevo de Galicia

Si te interesa la historia de Galicia, en nuestro episodio No me toques los Suevos hablamos del REINO SUEVO de Galicia, un gran desconocido de la historia nacional.

2 comentarios en «Irmandiños: Cuando los gorriones corrieron tras los halcones»

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